Por:Carlos Orlando Pardo
El Premio Nacional a la Vida y Obra 2015 que entrega esta noche el Ministerio de Cultura a la destacada socióloga e investigadora tolimense Gloria Triana, llena de regocijo y orgullo  al sector cultural colombiano, a la región donde nació y a quienes hemos sido sus admiradores y amigos. La valiosa documentalista premiada con anterioridad, antropóloga y ensayista, ha cumplido su tarea sobre las culturas populares y la serie Yurupari, la primera producción de cine para televisión realizada en el país, al tiempo que otras series que ya son parte del patrimonio cultural de la nación. No es poca su labor para la ganadora del premio India Catalina ni su tarea internacional, la que no ha recibido un solo reconocimiento de su tierra, tan ocupada en otros menesteres de poca cuantía. 
Hija del maestro Jorge Elías Triana y hermana de director de cine y teatro Jorge Alí, todos tolimenses y en concreto de Ibagué, vive desde hace años en Cartagena en medio de las pinturas de su padre y al lado del mar. La madre del actor Sebastián Aragón, estudió en la Universidad Nacional e hizo su tesis sobre los indígenas, al tiempo que ejerció la docencia durante varios años. Prepara un documental sobre lo que ocurrió en Estocolmo cuando organizara el viaje de la delegación colombiana a la entrega del Premio Nobel a Gabriel García Márquez. De pelo rubio ensortijado y ojos azules, espontánea y descomplicada, ha logrado ganar ocho premios nacionales con anterioridad, incluyendo cuatro Simón Bolívar de periodismo.


Se desempeñó como diplomática, viceministra de cultura y mantiene relación con la gente de las regiones más apartadas del país. Su presencia es proverbial y se convirtió en un símbolo de la cultura, de la mujer estudiosa y de la intelectual preocupada por lo popular.