Tomado de https://www.radionacional.co/ |
De esta manera, Mejía
reconoció que su recorrido político al principio estuvo marcado de múltiples
desafíos: “muy duro, muy difícil… era una época en donde no había redes
sociales, entonces todo tenía que ser literalmente en la calle, en la plaza
pública”, aseguró.
Así mismo, recordó que en las
comunas de Medellín era aún más complicado, no solo por ser mujer, sino por el
extendido dominio que ejercía Pablo Escobar: “nosotros teníamos que entrar,
entrar a la brava”, agregó.
La diplomática contó en Radio
Nacional de Colombia una anécdota de la década de los 90, cuando pocas mujeres
podían ostentar altos cargos públicos; en ese escenario y mientras era
canciller, Mejía fue invitada a una reunión con Hilary Clinton en las Naciones
Unidas, quien en un gesto de solidaridad femenina le dijo: “si algo
necesita…usted coja ese teléfono y dice soy María y necesito a Hilary… y así
fue, siempre me ayudaron mucho”.
Al referirse a su infancia,
la excanciller recordó que sus primeras memorias inician “en esas épocas de una
Medellín muy sana, de una Planeta Rica (Córdoba), también sin paramilitarismo,
sin guerrilla, sin conflictos y sin Pablo Escobar”, en un intento de retratar y
explicar cómo era el ambiente de paz, previo al narcotráfico y la violencia.
En su libro también queda
plasmada su profunda conexión con la cultura y con lo que se denomina como “los
años dorados”, y su estrecha relación con el arte cinematográfico, la danza y
la música.
En medio de las alegrías, los
desafíos y las tristezas vividas, Mejía recordó una de las épocas más violentas
que enfrentó Colombia y que precisamente truncó la esperanza de un amplio
sector político que veía en el fallecido Luis Carlos Galán una alternativa de
gobierno y de paz.
“Yo creo que el mundo sería
distinto, Galán era un hombre de mucha fortaleza, era un hombre que tenía una
solidez moral, una batalla contra la corrupción, que es lo que nos carcome hoy
en día”, señaló.
Respecto a algunos sueños sin
cumplir en el ámbito político, confesó que le quedaron algunas frustraciones:
“la política en primera persona no se me dio, no fue posible”, sostuvo María
Emma, quien, a pesar de su importante trayectoria y sus logros como canciller y
ministra de Educación, no resultó victoriosa ni como candidata a la
Vicepresidencia, ni a la Alcaldía de Bogotá.
Finalmente, se refirió de
manera muy optimista a la implementación del acuerdo de paz alcanzado en el
2016 con las extintas Farc:
“A pesar de los altibajos,
las disidencias, del paramilitarismo y el narcotráfico en tantas zonas de
Colombia, estoy convencida que esta coyuntura, puede ser un momento afortunado
para nosotros y ojalá en el próximo gobierno también tengamos un respiro que
consolide esa paz y esas zonas rurales que tanto lo necesitan”, anotó.
Finalmente, alentó a las
mujeres y a los jóvenes a participar de manera más activa en la política e
integrar en listas de congresos, juventudes y también de Presidencia y
Vicepresidencia del país.