Reseña de “Los amantes de Coyoacán” de Gerard de Cortanze.

Si bien el título de esta novela del escritor Gerard de Cortanze fue el que me llevó a comprarla, más aun tratándose de un episodio de la vida de la genial pintora mexicana Frida Kahlo, creo que si se hubiese llamado viva la vida, una de las frases más emblemáticas de Frida, le hubiese quedado mejor.
Aunque el enfoque central es un romance, al comienzo clandestino, entre León Trotsky y la enigmática Frida, el libro aborda esa forma de ser tan especial de ella, su carácter voluntarioso, su sufrimiento físico, la tormentosa relación con el muralista Diego Rivera, y lo que es más sorprendente, la gran libertad sexual que disfrutó Frida, quien tuvo innumerables amantes, haciéndole competencia a su mismo esposo.
Frida nos demuestra en este texto cómo fue en cierta forma incomprendida por la sociedad, en primer lugar, por sus inclinaciones comunistas, por ser mujer y por su arte surrealista, arrollador, sincero, descarnado. De hecho, muchos no lo entendían y nadie se imaginaba en su casa una obra de Frida. Hoy en día tenerla representaría miles de dólares ya que es ampliamente cotizada en el mundo.
Este libro nos enseña como Frida hace gala de una de sus frases: Pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo sola. Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco. Se la pasaba mucho tiempo sola, adolorida de la columna y se dedicaba a pintar. Para vender, tenía que pintar bodegones, más fáciles de colocar en una casa.

En esta obra queda de manifiesto la enemistad a muerte entre Diego Rivera y el también pintor muralista David Alfaro Siqueiros.
La obra comienza con la llegada de León Trotsky y su esposa Natalia Sedova a México en 1937 como exiliados. La hospitalidad de Diego Rivera y Frida Kahlo, no se hizo esperar y los alojaron en la hoy famosa casa Azul de Coyoacán. Desde que se conocieron hubo un sentimiento de admiración por parte de Frida. El estar al frente al creador del Ejército Rojo, quien una vez había presidido el primer Soviet de Petersburgo, era una experiencia demasiado perturbadora.
En esta obra hay fiestas, reuniones en las que el licor abundaba, peleas entre Diego y Frida, y la camaradería entre León y Frida cada vez es mayor y de allí surgirá un vínculo de amantes. El texto es abundante en detalles con creativos diálogos, más sin embargo no tiene estilo poético, es narrativo.
México sedujo a Trotsky con su paisaje indomable, su naturaleza colorida y sus alimentos autóctonos. Frida representaba esa seducción con su arte tan particular. Innumerables fueron las conversaciones entre estos amantes sobre sus obras, también hablaron de política, pero sobre todo hicieron una amistad que duró tres años hasta el asesinato del líder ruso.
Frida alivió su dolor personal, con esta relación. Su vida era intensa, no le perdonaba a Diego la traición con su hermana Cristina, además había sufrido un accidente en 1925 donde el autobús en el que viajaba había sido embestido por un tranvía lo que dejó graves secuelas en su cuerpo que casi le ocasionan la muerte.
Ella apodó a Trotsky cariñosamente Piochitas y le escribía cartas firmando Tu Friduchita. Tuvieron una hermosa relación de compañerismo, sexo e intercambio artístico y político. De esta relación se entera la propia esposa Natalia así como Diego Rivera.
Lo que era una relación de amantes se transforma en una amistad irrompible. Frida viajará a otras latitudes a exponer sus obras, también a realizarse tratamientos médicos, pero siempre le hará falta la compañía de León a pesar de todos los amantes que tuvo.
Llama la atención la aparición del surrealista André Breton, quien no le cayó bien a Frida desde un comienzo. El decía que Frida pintaba lo que veía en sueños. Pero Frida le contestaba que solo pintaba lo que veía en su realidad.
Trotsky comienza a envejecer pendiente de las conspiraciones y temiendo por atentados contra su vida. Diego y León se pelean y no vuelven a hablarse. Frida se divorcia de Diego y se vuelve a casar con él.
Este libro es una historia de encuentros y desencuentros, sentimientos desbordados, arte incomprendido, movimientos políticos, alcohol, amistad, amantes, sexo, sufrimiento físico y amor, porque Frida siempre amó a Diego, a pesar de todo.
Catorce años después de la muerte de León Trotsky, ocurrió la de Frida, envuelta en la polémica entre el suicidio y la embolia pulmonar. Como siempre, genio y figura hasta el último momento, le devolvió a Diego el anillo que le había regalado por sus veinticinco años de matrimonio. El gesto de amor de Diego hacia Frida fue comerse un puñado de sus cenizas. Así termina esta historia.